miércoles, 12 de noviembre de 2014

Conclusión


Para que la globalización sea positiva, ha de serlo para pobres y ricos por igual. Tiene que aportar el mismo grado de derechos que de riquezas. Tiene que suministrar el mismo grado de justicia y equidad social que de prosperidad económica y de buenas comunicaciones.
Una globalización verdaderamente positiva mejoraría la vida de todo habitante de la comunidad global. Pero lo que hemos hecho en los últimos años está muy por debajo de ese ideal. Los derechos humanos y la equidad social se han quedado muy atrás en comparación con el progreso técnico y económico. 
El problema principal de México es que tras la globalización económica está el deseo de obtener ganancias. Cuando lo que se persigue son los beneficios, rara vez se toma en consideración a los pobres y los desfavorecidos ni las necesidades del planeta a largo plazo.
Una economía global sin regular y dominada por empresas que solo se interesan por el dinero carece totalmente de estabilidad  y empobrece a la humanidad en todos los sentidos.

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